Entre la necesidad y la realidad. El verdadero talón de Aquiles de la reactivación es la financiación de las pymes

Estamos siendo testigos directos de unos acontecimientos que nunca hubiéramos imaginado, asistiendo a una parálisis total de nuestro sistema económico y que, cada día que pasa, hace más complicado predecir siquiera la capacidad de recuperación. Curiosamente este efecto es más profundo cuanto menor es la organización. Casi inversamente proporcional: son los autónomos, el pequeño comercio y las pequeñas empresas locales, los que se enfrentan a un horizonte muy, muy oscuro. Regulaciones precipitadas -y con frecuencia rectificadas- que crean incertidumbre en la sociedad; la falta de transparencia para ofrecer un horizonte claro; la incapacidad de llegar a una financiación anunciada, etc. implica que el estado de alarma se ha convertido en una travesía por el desierto de complicado desenlace.

Además, debemos asumir los cambios complejos que se están produciendo en la sociedad. Generados por miedo, otros por rechazo y otros incluso por justificar una situación en la que se pueden llegar a sentir cómodos, (síndrome de Solomon para los psicólogos, o de rebaño si le quitamos glamour literario), la realidad es que se están configurando nuevos comportamientos muy hondos y en poco tiempo, que de una forma u otra tendremos que integrar y adaptar.

Se escriben ríos de tinta o miles de caracteres digitales sobre lo que las empresas debemos hacer para superar la crisis, cómo debemos plantear el escenario post-covid19… e incluso cómo estar preparados para “ganar” tras estas dos grandes etapas. Y ciertamente somos muchas las empresas que hemos reaccionado rápido, sobre todo en el sector de las TIC y en concreto de las TIC para el turismo. Nuestra propia concepción de sector estratégico ha sido clave para conseguir estar al lado de nuestros clientes, manteniendo al máximo una capacidad operativa en base al alto nivel de preparación de nuestros profesionales. Es de rigor resaltar la empatía que se ha generado entre clientes, proveedores y sector público local. Y que gracias a ello ha sido relativamente fácil cerrar acuerdos por los que las empresas de tecnología debíamos seguir produciendo para un sector que se ha enfrentado, y se sigue enfrentado, a una situación de ingreso 0: el turismo.

La segunda fase, implica poner en juego la necesidad de financiación con la que cubrir las necesidades de caja, toda vez que se han reajustado los costes de operativos y las negociaciones con los clientes han llevado a recortes importantes en los ingresos corrientes en el corto plazo.

Y este es el gran escollo, el acceso a la financiación del estado, que supuestamente avala el 80% de los préstamos, es totalmente inexistente.

Recientemente, y a raíz de una reunión con la Conselleria de Model Económic, Turisme i Treball, y la de Hisenda i Relacions Exteriors, la patronal GsBIT y Turistec acordamos que lanzaríamos una encuesta para ofrecer a los consejeros Negueruela y Sánchez datos concretos que ilustraran nuestra denuncia sobre la imposibilidad de acceder a dicha financiación. El principal freno es que los bancos siguen exigiendo avales personales y se ciñen al CIRBE (central de información de riesgos del Banco de España) Como toda referencia para conceder los préstamos solicitados.

El resultado de esta encuesta ha sido más que clarificador: según las respuestas de las empresas que han querido participar en este muestreo, se han remitido a las entidades bancarias peticiones de financiación por un importe cercano a los 5M€. Se ha concedido escasamente el 15% de lo requerido, es decir alrededor de 770.000€ y ninguno de ellos con los avales del 80% del Gobierno de España.

Sin entrar en los motivos que lleven a las entidades bancarias a hacer caso omiso a los avales anunciados por el gobierno de España, y las formas poco empáticas con las que se manejan, sí queremos centrarnos en las consecuencias que ello puede tener en el medio plazo.

La innovación se está utilizando como el sujeto de la recuperación, estamos trabajando en múltiples planes de colaboración público-privada, adaptando y rehaciendo nuestras propias prioridades para asegurar productos y servicios adaptados a las necesidades de nuestro sector. La innovación requiere, por lo tanto, de grandes cantidades de financiación que deben ser cubiertas por los réditos resultantes de su puesta en mercado y el valor añadido generado. En la plantificación estratégica de nuestras empresas ya figuraba esta capacidad de apalancamiento, vital post COVID-19.

Sin embargo, sin una cierta, rápida y directa forma de acceder a líneas de financiación para atravesar el “desierto” que implica el COVID-19, lo que se está pidiendo a las empresas es básicamente que condicionen los planes de desarrollo futuro, incrementado los niveles de apalancamiento, no para crear nuevos activos con los que generar valor, sino para financiar una situación sobrevenida y para la cual, en teoría debería haber soluciones sobre la mesa.

La respuesta recibida del sector financiero cuando se trata de las pymes es muy clara: “no es no”. Debemos creer que un sector que analiza y entiende como nadie la situación económica y dedica horas y miles de euros a hablar de innovación y transformación digital, no comprende los planteamientos que hacemos desde el sector. ¿Interesa de verdad que un sector, que ha sido considerado estratégico por la parte pública, para el acceso a ERTEs por fuerza mayor etc. no lo es para financiar los faltantes de caja, sin poner en peligro la aportación de valor al sector?, ¿de qué habrán servido los esfuerzos realizados por empresas, trabajadores, patronales y sector público?, ¿por qué nadie es capaz de explicar, la razón por la cual estos avales o no existen o no pueden llegar a empresas como las nuestras?

La realidad es que, si el panorama respecto al acceso a la financiación no cambia, nos tememos que el mapa de diversidad y capacidad de oferta que hoy en día tenemos en Baleares se verá seriamente mermado, por muchos e ingentes esfuerzos que las pymes estemos dispuestos a continuar haciendo para para salvar la situación.

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Jaume Monserrat

Presidente Turistec

 

 

 

 

 

 

 

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