- Estamos en un momento de oportunidad. El lugar de trabajo debería ser un lugar inspirador, humano, social, responsable… pero para llegar a eso hay un largo recorrido. Muchas oportunidades de transformarnos en la empresa que queremos ser.
En el mundo DC (después del Covid) es una realidad que el trabajo, tal y como lo conocíamos, está siendo cuestionado y sufriendo unos cambios y tensiones vertiginosas. Todos los enfoques de ubiquidad, liderazgo, trabajo en equipo, conciliación, captación y retención del talento, mejora profesional y formación continua han quedado obsoletos y hay que favorecer su transformación. O pronto nos quedaremos sin el principal activo de la empresa, los trabajadores. Y con ello sin empresa.
La gran dimisión, la nueva tendencia que ha supuesto el abandono de puestos de trabajo por parte de millones de personas en los meses posteriores a la pandemia en EEUU, nos ha dejado perplejos. En Europa, Reino Unido y Francia encabezan los países que están sufriendo esta imprevista fuga de fuerza laboral. Los sectores donde los trabajadores viven una situación más precaria, como la restauración, el transporte o la atención sanitaria, han sido los primeros en despoblarse de efectivos. Aunque parecía que no se produciría el mismo fenómeno en nuestro país, este verano las empresas sí están padeciendo la presión de la falta de personal, en hoteles, restauración y transporte, entre otros. Tres sectores estratégicos en nuestra CCAA.
Las claves para revertir esta tendencia no están claras, pero pasan por redefinir, repensar y reeditar todos esos factores que hacen que un trabajador decida apostar por una empresa y no cambiar a otra o saltar al autoempleo.
Si hasta antes del Covid el factor que más impactaba en el trabajador para hacerle dejar el puesto de trabajo era el ejercicio inadecuado del liderazgo, ahora DC, el tema que parece que propicia más este fenómeno de abandono o no reincorporación masiva de los puestos de trabajo es el de la ubicuidad o teletrabajo, y que la empresa facilite esta modalidad, aunque sea de forma mixta por la flexibilidad que conlleva. En la era DC, la disrupción sanitaria ha hecho de palanca para que se aceleren cambios sociales, empresariales y económicos que ya estaban latentes a punto de explosionar. El teletrabajo es uno de ellos y el abrir el debate sobre su implantación total o parcial debe abordarse si dilación en las empresas que aún no lo han hecho.
Sin embargo, el objeto de este artículo es otra tendencia que afecta a la empresa de forma directa ya que los trabajadores cada vez más optan por una empresa u otra según sea su política al respecto. La formación o capacitación del personal como parte de su mejora profesional. Una necesidad cada vez más imperiosa para retener al talento, para premiarle y dejarle crecer dentro de la empresa.
El futuro de la formación pasa por cambios exponenciales que aún no somos capaces de imaginar en un futuro próximo. Pero vamos a hacer un ejercicio de sintetizar las grandes tendencias que, todo indica, marcarán la formación del futuro, fuera y dentro de la empresa.
- La formación del futuro será necesariamente continua. Nos tenemos que formar durante toda nuestra vida. Los títulos del pasado caducan a los pocos meses en la mayoría de los campos. Los trabajadores necesitan recalificarse durante toda su vida laboral. El Reskilling y Upskilling de todos los trabajadores deberán estar en el centro de la cultura empresarial.
- La formación del futuro será de calidad, cualificada, corta y precisa. Sintetizará los conocimientos que necesitamos. Ello es de forma absoluta entre los milenials. Pero en general en este mundo VUCA (siglas de volatilidad, incertidumbre -uncertainty en inglés- complejidad y ambigüedad) en el que el tiempo es un tesoro de valor incalculable, todos apostaremos por una recualificación ágil, sintética y de gran practicidad. Así como las charlas TED de 2011 duraban una media de 18 minutos, las de 2021 la media es de 9 minutos y cada vez tenderemos a optimizar las formaciones que queremos recibir. No en vano los audios de whatsapp se reproducen a doble velocidad de la emitida, o Netflix nos permite adelantar tramos de 10 segundos las series a nuestro antojo.
- Por último y como consecuencia de lo anterior, todo indica que el futuro de la formación, y educación en general pasa por poner en el centro al alumno. En este caso al trabajador que se forma. Daremos el control al alumno de lo que quiere estudiar. Para ello la formación será online de forma mayoritaria para que cada uno vaya a su ritmo y lo pueda compatibilizar con su trabajo y vida familiar. Si desde la pandemia todos nos familiarizamos con espacios de reunión y formación online, posiblemente en el medio plazo pasaremos a formas más disruptivas de formación y reunión con el profesor y alumno en el metaverso. Para eso falta un tiempo, pero mientras tanto las formaciones online se harán cada vez más colaborativas e inmersivas.
La formación online, a la carta, de calidad y cualificada, en los centros de trabajo nos acerca al futuro del trabajo. Es una gran herramienta que deberán incorporar las empresas para atraer y retener al talento en este entorno de gran volatilidad. La buena noticia para los departamentos de formación es que los itinerarios formativos de cualidad pueden diseñarse sin un coste excesivo compatibilizando formaciones online privadas posiblemente bonificables con, por ejemplo, formaciones online subvencionadas gratuitas.
En formaTMallorca sabemos cómo hacerlo. Si te interesa saber más y conocernos, aquí estamos.
Silvia Delgado
Socia de formaTMallorca
