
Vacíos ya de gente los pabellones, desmontados los stands y cerradas las puertas, la Feria Internacional del Turismo de Madrid hace balance entre la satisfacción y el asombro de comprobar que, un año más, se han batido todos los récords…
Fitur ha puesto el punto y final a su 37ª edición con un 6% más de visitantes (245.000), un 9% más de expositores internacionales (con América y Asia-Pacífico creciendo especialmente), y un 10% más también de superficie para acoger 9.672 empresas de 165 países y regiones. Lo que queda de esta cita para el gran público es el exotismo, la extraordinaria puesta en escena, la belleza, el folklore (musical, gastronómico y artesanal)… la increíble manera en la que cada uno de los destinos ha hecho uso de su propio escaparate para destacar, competir y captar la atención de los futuros visitantes, mayoristas, agentes y demás.
Pero más allá de turistas potenciales y curiosos en los días que se abría al público en general (la feria es en sí misma un espectáculo, ideal como plan de fin de semana), Ifema volvió a cumplir su principal objetivo: ser un mega-centro de negocios para miles de empresas. Los profesionales (cuya presencia aumentó también el 9% alcanzando los 135.838 participantes durante el miércoles, el jueves y el viernes pasado) han sobrepasado en un 10% global los encuentros B2B de 2016, hasta superar ampliamente las 6.800 citas fijadas previamente. En términos estrictamente comerciales, Fitur ha sido nuevamente un éxito en cuanto a volumen de acuerdos y contactos.
¿Y la innovación y tecnología, qué?. Pues según los organizadores, con un repunte del 23% de asistencia en lo que a las empresas que desarrollan productos para el turismo se refiere, estas son ya parte de la feria por derecho propio. Escaparates interactivos, espacios inmersivos a 4D, los nuevos motores y sistemas de reservas, beacons para la experiencia del cliente, realidad virtual, nuevas plataformas y aplicaciones varias… En Fitur no faltaba de nada. Visto desde fuera, estas zonas de conocimiento, tecnología, emprendimiento e innovación son tremendamente atractivas para buscar una experiencia virtual, la mejor App para la próxima escapada, dispositivos digitales para no perder la maleta, para encontrar hoteles y destinos varios (inteligentes, sostenibles, naturales, dog-friendly…) y un interminable etcétera. Sin embargo, el día a día de Turistec como Clúster Internacional de Tecnologías de la Información y la Comunicación aplicadas al Turismo, y el de sus empresas coexpositoras – openROOM, Dome, Timón Hotel, Dingus, Mark Site y Winhotel – ha consistido en encuentros y reuniones con clientes (actuales y potenciales) y partners, en innumerables sesiones de trabajo que analizan la relación proveedor-comprador en este momento y cómo lo será en 2017.
Mientras en los gigantescos pabellones de Fitur sonaban músicas de todo el mundo, se ejecutaban danzas tradicionales, se consumían toneladas y litros de comidas y bebidas típicas, se mostraban los hoteles, las compañías de transporte, las agencias y en definitiva toda la oferta en casi cualquier rincón del planeta, las empresas TIC-Turismo de Turistec y el propio clúster defendían sus productos y servicios de forma más discreta, quizá, pero sabiendo que sin ellos todo lo anterior no tendría mucho sentido. Evidentemente, el turismo es muy anterior a la tecnología. Pero el de este siglo XXI difícilmente podría ya subsistir sin ella. Misión cumplida.