
Cuando hago un viaje con mi mujer (no diré siempre, porque si lee esto se enfadará, pero casi siempre…) soy yo quien elige el destino, busca los vuelos, los hoteles, las rutas, los museos y atracciones para visitar. Y muy importante para nosotros: restaurantes de buena calidad en los que poder experimentar la gastronomía y los productos locales, una de las formas más importantes de vivir la cultura de un lugar. Y no diré que siempre acierto, porque seguro que no, pero la tasa de éxito es muy elevada. Con el paso del tiempo he aprendido de los gustos de ella y de los míos. Sé lo que repetiría y lo que no, y tengo información adicional que me ayuda a hacer el viaje todavía más interesante. Si ha estado viendo una serie sobre la época victoriana en los últimos meses, sé que un viaje a Londres le hará ilusión para verse dentro de los escenarios que ha podido disfrutar en la serie. Si últimamente ha estado cocinando comida japonesa y ha mirado por internet varias páginas sobre el tema, ¡qué mejor que un viaje a Japón para seguir profundizando y aprender sobre el terreno, además de comprar algún que otro gadget de última generación!. Si sé que su grupo favorito da un concierto en Copenhague, podré proponerle adaptar las fechas del viaje para hacerlo coincidir. En función de la época del año y la climatología del lugar, también suelo buscar rutas de running interesantes, actividades al aire libre si el clima es bueno, o visitas a museos, bodegas, centros comerciales o cualquier otra actividad a cubierto para los días en los que el tiempo no acompañe. Suelo llevar algunas reservas cerradas, pero adapto el viaje sobre la marcha en algunos aspectos según estamos en el destino, viendo anuncios locales en el hotel e incluso por las calles. Todo esto lo hago encantado, pero es agotador y, en ocasiones, no tengo el tiempo necesario para preparar todo lo que me gustaría. Y por qué no decirlo, a mí también me encantaría que alguien me preparase un viaje totalmente personalizado con mis gustos. Puedo ir a una agencia de viajes donde me van a hacer buenas recomendaciones, pero nunca tan detalladas y adaptadas a mis gustos, que evolucionan y cambian continuamente. ¿Podría hacer la tecnología esto por mí? La respuesta es que ya lo está haciendo.
Desde Gfi pensamos que Internet nos conoce mejor que nadie, y el uso de inteligencia artificial aplicada a la caracterización de usuarios mediante sus hábitos de consumo digitales, hará posible una experiencia personalizada en turismo de principio a fin. Del mismo modo que alguien que nos conoce bien, un sistema inteligente que tenga todo el histórico de nuestra actividad en Internet nos podrá sugerir los mejores hoteles basándose en nuestras preferencias, teniendo en cuenta no solo reservas previas sino también cruzando todo tipo de información procedente de servicios digitales: reservas en restaurantes, música, series, videojuegos, navegación en Internet, actividad deportiva, de ocio y compras. Aplicando Deep Learning podemos seleccionar las mejores ofertas de servicio y realizar recomendaciones certeras sobre destinos, en base a preferencias y situaciones estacionales, pero para ello es necesario utilizar información cruzada procedente de fuentes muy dispersas.
Más allá de la tecnología, debemos trabajar en la creación de una identidad digital anonimizada, pero que contenga todos los activos necesarios para crear esta experiencia única y personalizada. En este sentido, la creación de un pasaporte digital que almacene toda nuestra actividad como viajeros, puede agilizar la oferta y disponibilidad de servicios turísticos. Este pasaporte virtual puede incluir datos de identidad para agilizar la reserva de vuelos y hoteles, información biométrica que un asistente virtual en un hotel puede usar para reconocer nuestro rostro y hacer el checkin sin esperas, además de ofrecernos servicios específicos. Además, puede guardar todo nuestro registro de actividad y aprender de él, de forma que conozca el tipo de hoteles, restaurantes y actividades que solemos contratar y que enriquecerán nuestra experiencia. Blockchain permite acelerar la creación y el uso de una identidad digital personal global, que los proveedores de servicios pueden consultar para darnos la mejor experiencia turística posible y, mediante el uso de la cadena de bloques anonimizada, es el usuario/propietario de su información quien decide qué datos pueden usarse, por parte de quién y para qué, de modo que la privacidad y la seguridad estarían garantizados. Los primeros gobiernos u operadores que den un paso en este camino serán quienes forjen los cimientos del nuevo futuro turístico de la era digital, en el que será Internet quien nos conozca bien y pueda darnos las mejores opciones de viaje, aumentando también de este modo la contratación de servicios de alta calidad.
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Fernando Saavedra Moreno
Director Energía e Industria Gfi
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*La aportación de nuestros socios de Gfi está recogida en el ebook “Sistema de Inteligencia Turística” de Thinktur presentando en Fitur 2020, y en el que Turistec ha participado un año más, junto otros centros tecnológicos. Puedes acceder a él clicando aquí.